
Ter Stegen salió mal, muy mal en ese córner, sin embargo, no creo que sus opciones para defender el arco del Barça en los partidos de Champions League se haya desvanecido. La ecuación de esto, es simple, era un partido mucho más difícil, en un contexto mucho más difícil. Y en algún momento le pasó a Claudio Bravo.
Estoy feliz con el sistema de rotación que está teniendo Luis Enrique, muy feliz de hecho, no creo que menos minutos o no jugar un par de partidos entresemana haga que lo que está realizando Claudio Bravo en Cataluña sea minimizado o opaque su juego, es más, en ocasiones como las de hoy, solo hace que este destaque un poco más para los tabloides del mundo. Soy un admirador de Bravo, desde chico, cuando jugaba de arquero porque era gordito. Y estoy encantado por lo que está haciendo, está rompiendo un récord impresionante y logró echarse al bolsillo a unas de las aficiones más hostiles frente a los cambios, o los jugadores de procedencia más desconocida. Eso no lo hace cualquiera. Siquiera Pinto lo logró con más de 3 temporadas en el equipo, y que llegue un meta chileno, del cual los focos han querido esquivar para darle cabida a nombres con más marketing detrás, y logre encantar con su juego a esta hinchada en su contra por default, es brutal.
Cuando se hizo oficial la noticia, todos temimos por el futuro del arquero. Con quien hablaba del tema, me decía que esperaba que “ojalá juegue algunos partidos” en lo personal, pensaba que jugaría Copa del Rey, y nada más, el Barça es un equipo que hace negocios, y en ese momento, poner a Bravo como titular no lo era, tenía a los diarios y a la propia hinchada en contra. Hasta que tuvo su debut. Y la cagó. Un balón se le pasó entre las manos, declarando la victoria del Napoli por 1 a 0 frente a los catalanes. “Cagazo”. Enorme. Sin embargo Luis Enrique lo mantuvo en el puesto, y hoy, se encuentra a 21 minutos de romper un record histórico en el club azulgrana. Y estoy confiado que lo logrará. Sin embargo me quiero poner del lado del alemán, que hoy tuvo un día del olvido en Paris. Tres goles, uno de completa responsabilidad de él. Quiero ponerme de su lado porque pudo ser Bravo, porque si hubiese sido el chileno, me hubiese dolido haber visto como le lloverán criticas y deseos de que se quede chupando banca. Dejemos de mirar la paja en ojo ajeno, y mejor, veamos como Bravo pulveriza el récord en la tranquilidad de La Liga, mientras el alemán mejora su cometido en la Champions.
Eso sí, si el Barcelona llega a la final. Que sea Bravo el que esté bajo los palos, y que sea el encargado de levantar la copa. ¿No es mucho pedir?