Independiente del resultado de ayer, estas clasificatorias (en el papel) serán las más reñidas en mucho tiempo, debido a que ahora por conseguir una de las cuatro plazas (y media) entra a la competencia Brasil. La complejidad de este desafío creo que fue bien entendida por Jorge Sampaoli, quien al contrario de dormirse en los laureles tras levantar la Copa América ha sabido renovarse de buena manera siempre en pos de la superación táctica. El juego de Chile está ultra analizado por los demás países, y como quedó demostrado durante la Copa América -versus México, Uruguay, Perú y Argentina- la audaz propuesta que lleva en su adn el casildense de a poco ha ido siendo contrastada. Anteriormente el dt nacional ya había decidido darle a la roja un estilo menos frontal y así derivar en uno donde prevalezca la tenencia de balón, sin embargo, es en la era post Copa América cuando Sampaoli quiere dar el gran salto hacia la perfección del modelo.
En busca de estilizar su modelo, Sampaoli no ha caído en la tentación de aburguesarse, por lo mismo se puso a reordenar piezas: su asistente Sebastián Beccacece anunció su salida a fin de año y Juan Manuel Lillo tendrá la responsabilidad de asesorar a las selecciones juveniles chilenas como parte del staff técnico de Chile. El español Lillo es un teórico del fútbol que dirigió clubes como Tenerife, Real Sociedad, Almería, Dorados y Millonarios, y que cuenta con varios seguidores de su escuela futbolística entre los que se encuentran Josep Guardiola y el propio Sampaoli, el cual declara “A ver si con Lillo acá, en el futuro podemos lograr tener la chance de consolidar ideas en conjunto”. Y seguramente ese es el futuro de la selección chilena de cara al mundial de Rusia; concretar la reestructuración (con la ayuda de Lillo) del sistema de juego chileno para darle un upgrade a lo ya mostrado.
Luego de desarrollar en O’Higgins, Universidad de Chile, y su primera etapa en la selección, un fútbol vertical, que si bien superaba en posesión al rival, tenía en el vértigo su esencia, Sampaoli empezó a mutar hacia la expresión futbolística que plantea Pep Guardiola o si se prefiere al fútbol que proponía Louis van Gaal con el Ajax multi campeón. Lillo -experto en este sistema- influenció directamente en el trasandino al momento de transformar patrones futbolísticos, siendo uno de los pilares de esta nueva era en la conducción técnica de Chile. En pocas palabras, la idea futbolística que se quiere profundizar es la tenencia de balón por medio de la superioridad numérica en cada lugar de campo, utilizando jugadores sin posición fija que se movilicen en torno al balón. El objetivo es dominar en pequeñas áreas de la cancha sin perder de vista la posibilidad de irrumpir por lados opuestos.
Sorpresas aparentemente son las que preparan en el laboratorio de Juan Pinto Durán. Sean cuales sean las variantes, el protagonismo de la selección de chile está garantizado. Favorablemente, los intérpretes también están, en la denominada generación dorada del fútbol nacional. No esperemos grandes cambios -muchos serán invisibles para el ojo común-, la reinvención está asociada a sutiles modificaciones que intentarán dar mayor dinamismo a una selección que tendrá que enfrentarse, si hablamos de rivales directos, a un remozado Perú, una sólida Colombia, al histórico Uruguay y a las dos potencias Brasil y Argentina.
